Bodegas Faustino, Premio Euskadi Avanza a su trayectoria

Unos meses antes de que el hombre 'pisara' por primera vez el espacio –el ruso Yuri Gagarin-,los vinos de Bodegas Faustino empezaban a llegar también a nuevas latitudes. Comenzaban su proyección internacional y lo hacían por Austria. De eso hace ya 60 años. Julio Faustino Martínez, el 'alma mater' del grupo bodeguero con sede en Oion que falleció el pasado 30 de octubre –y un adelantado en su tiempo–, iniciaba entonces la aventura exportadora de la compañía creada por su abuelo en 1861, cuando llegó al municipio de Rioja Alavesa y compró la hacienda del Marqués del Puerto que incluía casa, bodega y viñas.

Hoy son las hermanas Carmen y Lourdes Martínez Zabala, biznietas del fundador, quienes dirigen en cuarta generación una compañía que «sigue siendo familiar», recuerda Carmen, la presidenta del grupo. Pero no por ello deja de ser una de las más importantes de la Denominación de Origen Rioja, aunque también está presente en otras zonas como Navarra, La Mancha y Ribera de Duero.

Desde que volvió a la empresa, en 2015, su apuesta ha sido clara: recuperar las ventas y «poner orden» en el grupo tras un periodo de indefinición. «Junto con mis hermanos José Miguel –fallecido en 2017– y Lourdes fuimos capaces de conseguirlo», subraya Carmen, esperanzada con el futuro pese a las devastadoras consecuencias de la pandemia para el sector vitivinícola.

Bodegas Faustino suma 250 empleados y unas 3.000 hectáreas de viñedo –un tercio en Rioja– y facturó el año pasado 65 millones de euros, apenas diez menos que en 2019 pese al Covid. Sus botellas llegan ya a 140 países de todo el mundo. El 54% de su comercialización es fuera de España y Europa es su principal cliente. Buena parte de 'culpa' de ese liderazgo exportador que tiene en el conjunto de la Denominación –su vino Faustino I es el gran reserva de Rioja más vendido en el mundo– «se la debemos a mis padres. Entendieron la necesidad de salir a vender al extranjero y estaban fuera largas épocas», explica Carmen.

Eso lo transmitió en la bodega y ahora sus herederas prosiguen con esa misión. De hecho, las exportaciones «son las que nos han permitido mantenernos a flote» en el «durísimo » año del virus. El cierre de la hostelería, las restricciones a la movilidad y el desplome del turismo han causado un «gran impacto», reconoce la presidenta del grupo, que tiene en Oion la bodega matriz así como Marqués de Vitoria y en Laguardia, Campillo.

«Confío en la fortaleza y la solidez de la Denominación Rioja en su conjunto. Hemos hecho las cosas bien durante muchos años y cuando salgamos de esta lo volveremos a hacer», concluye.

FUENTE: El Correo Bizkaia

 

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