Montecillo deslumbra en Decanter

Dos vinos de la gama Montecillo clasificados entre los mejores en la cata de Rioja 2010 de la prestigiosa publicación británica.

Más de 145 años después de su fundación, Bodegas Montecillo mantiene intacta su filosofía: la elaboración de vinos contemporáneos que no renuncian a su clasicismo. Sumando más de 300 reconocimientos internacionales, la inalterable coherencia en la calidad de los vinos de la bodega continúa siendo reconocida por los críticos más especializados. Una de las publicaciones de más influyentes a nivel mundial – Decanter– ha elogiado la calidad de Montecillo en su último Panel de Cata (Rioja 2010). Los resultados fueron publicados el día de ayer en Decanter.com, apoyando al lanzamiento del número del mes de marzo de la revista, el cual saldrá a la venta este mismo miércoles, cuyo artículo sobre la cata destacará únicamente a los vinos con las mejores puntuaciones. El panel de cata, compuesto por Sarah Jane Evans MW, Simon Field MW y Pierre Mansour, cataron a ciegas 69 vinos, destacando dos vinos de Montecillo entre los mejores o "Altamente Recomendados".

Por un lado, el panel otorgó 94 puntos a Montecillo 22 Barricas 2010, colocándolo en el Top 5 y describiéndolo como "complejo e intrigante, con una atractiva fruta negra y taninos contundentes y elegantes". Este exclusivo vino ha sido elaborado como tributo a Celestino Navajas, quien fundase la bodega en 1870, y en cuyo testamento figuran sus más preciadas posesiones, entre ellas destacan dos cubas artesanales de roble y forja. En la más pequeña de ellas creó un vino después criado en 22 barricas de roble francés. En su honor, la enóloga Mercedes García elaboró este Gran Reserva de limitadísima elaboración con una idéntica selección de varietales, criándolo en el mismo número de barricas que usase Don Celestino hace más de 100 años.

Asimismo, el panel reconoció a Montecillo Gran Reserva 2010 con 91 puntos, describiéndolo como un vino "de estilo ágil, a la vez sabroso, denso y elegante, con taninos sedosos que se integran a la perfección armonioso".

 

Sobre Bodegas Montecillo:

 

Bodegas Montecillo es la primera bodega de Fuenmayor y la tercera más antigua de La Rioja. Más de ciento cuarenta y cinco años después de su fundación, mantiene intacta su filosofía: la elaboración de vinos tintos con personalidad, íntegros y naturales; una cuidadosa selección de las mejores variedades; un proceso artesanal de envejecimiento en barricas de roble francés y americano y posterior afinado en botella para ofrecer una inalterable coherencia en la calidad de sus etiquetas, añada tras añada.

Su historia se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cuando un puñado de apasionados apostó con convicción por el método de elaboración bordelés y empezaron a producir vino con la voluntad de trascender los límites del mercado nacional. Uno de los primeros en hacerlo fue Don Celestino Navajas Matute, de una familia de hondas raíces en Fuenmayor, quien fundó su bodega en 1870.

Don Celestino demostró una gran visión de futuro: envió a su hijo Alejandro, a estudiar en Burdeos. Con el paso del tiempo, Alejandro y su hermano Gregorio crearían la razón social Hijos de Celestino Navajas, con la idea de proseguir la obra de su padre. La siguiente generación, encarnada en José Luis Navajas -hijo de Alejandro-, estudia enología en Borgoña y en el Penedés y se convierte en el gestor de la bodega familiar al impulsar decisivamente la calidad y el éxito de sus vinos, introduciendo técnicas innovadoras en Rioja como la vinificación en frío, tan característica de la bodega ahora denominada Montecillo. José Luis Navajas no tenía descendencia y decidió poner el legado de sus ancestros en las mejores manos posibles. Así entabló relación con otra centenaria familia vitivinícola, Osborne, quien adquiere Bodegas Montecillo en 1973. Desde entonces, Osborne ha potenciado las grandes virtudes de la bodega de Fuenmayor: la calidad, la tradición y el saber hacer, al construir nuevas instalaciones de elaboración, más espaciosas y funcionales entre los pueblos de Fuenmayor y Navarrete. Es la actual Bodega Montecillo, concebida para una vinificación cuidadosa y para elaborar vinos de larga guarda, auténtica insignia de la marca.

Su compromiso con la excelencia y su apuesta por la calidad y la especialización la han convertido en uno de los referentes de grandes reservas y vinos de larga guarda. El interior de su bodega alberga un calado artesanal donde cientos de miles de botellas se apilan cuidadosamente a mano una sobre otra y descansan bajo tierra en este botellero. El paso de los años los convertirá en grandes reservas y serán llamados a perpetuar el mito de la marca centenaria.

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